Bioética y Biojurídica: vías para reconciliar integralmente al ser humano

Aunque la Bioética nació en un contexto de investigación biomédica y del ejercicio de las ciencias de la salud, no fue su único derrotero: VR. Potter propuso una bioética global, donde el medio ambiente debía ser también protagonista. Y si una de las tareas que tiene la Bioética desde sus orígenes es devolverle al ejercicio de la medicina el componente humano que los desarrollos biotecnológicos amenazan con quitarle, la Bioética debe servir también para reconciliar al ser humano consigo mismo, con los demás y con el medio ambiente del que hace parte, pues lo interviene y modifica con un saldo negativo para la naturaleza. Otro cometido principal de la Bioética está en contribuir a reconocer el valor de la vida humana y fortalecer una cultura de la vida, que conflictos armados e intereses economicistas buscan hacer desaparecer. Para conseguir esos objetivos es necesario un conveniente respaldo biojurídico, del que son especialmente garantes los cuerpos legislativos, quienes tienen una precisa y clara responsabilidad para legislar en conformidad con la Constitución Política de los Estados. Es importante e imprescindible que las nuevas generaciones adquieran, desde tempranas edades, conceptos, hábitos y actitudes que garanticen una sabiduría de vida que se refleje en la cotidianidad, donde se articulen bienes, virtudes y normas que garanticen la convivencia humana y la consolidación de sociedades justas, solidarias y verdaderamente libres.