Inseguridad alimentaria y deficiencia de micronutrientes en niños escolares pertenecientes a la Cohorte de Escolares de Bogotá

Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana” (1), por lo que entonces la inseguridad alimentaria (IA) es definida como la disponibilidad o capacidad limitada o incierta para adquirir alimentos nutricionalmente adecuados e inocuos en formas socialmente aceptables (1), llevando así a incrementar la prevalencia e incidencia de problemas de malnutrición en la población. Para Colombia, mediante el Documento Conpes Social 113, se ha adoptado el concepto entendido como: “La seguridad alimentaria y nutricional es la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa”, concepto que proviene de lo definido en la Cumbre Mundial y el consenso realizado con entes de orden nacional y territorial en el país (2,3).Acorde con la definición anterior, la inseguridad alimentaria tiene un componente social y político muy importante ya que se relaciona con la disponibilidad de alimentos para una población, que implica toda una cadena de eventos que van desde la producción de alimentos hasta la adquisición de los mismos por parte de los individuos. Estos procesos se ven afectados por múltiples factores; siendo más evidentes en los países en vía de desarrollo; algunos de estos factores son: 1) la inequidad social y el desempleo, los cuales influyen en la disponibilidad de recursos económicos para adquirir una alimentación variada que incluye aquellos alimentos que permiten cubrir adecuadamente las necesidades nutricionales de los individuos, pero que debido a sus altos costos se constituyen en inasequibles y conllevan a la compra de productos de bajo perfil nutricional que favorecen una subadecuación en el consumo de nutrientes y micronutrientes esenciales para el organismo y también producen una sobreadecuación de otros nutrientes como calorías y azúcares que promueven problemas de malnutrición (4,5), 2) la inadecuada infraestructura vial limita el acceso a los alimentos, 3) situaciones de orden público cuya consecuencia ha sido el desplazamiento de poblaciones campesinas, lo que genera pérdida de fuerza de trabajo en los campos y aumento de la pobreza, 4) políticas gubernamentales relacionadas con la agricultura, tratados económicos, tenencia de tierras en donde éstas son utilizadas con fines diferentes a la agricultura como lo son la minería, la industria petrolera, de biocombustibles o los cultivos ilícitos, etc; lo que hace que se promueva una dependencia alimentaria en la que se recurre a la importación de alimentos y semillas que antes hacían parte del producto interno del país (6,7) y 5) la publicidad, pues es través de ella que se promociona el consumo de innumerables productos alimenticios de muy baja calidad nutricional, como son las gaseosas, productos de paquete, comidas rápidas y otra serie de alimentos procesados que se asocian fuertemente al incremento de peso de los individuos y por ende al sobrepeso y la obesidad, cuyo uso de estrategias de mercadeo manipulan al consumidor en especial a la población infantil y los “condena” a convivir en un ambiente obesogénico del cual fácilmente son presas (8).Para poder establecer los niveles de IA en las poblaciones, en los años 90s en los Estados Unidos, se creó una herramienta basada en la experiencia de los hogares frente al acceso de alimentos, se llamó el Módulo de Seguridad Alimentaria del Hogar (Household Food Security Suplemental Module. HFSSM)(9) la cual ha sido adaptada y validada en escenarios diferentes al americano incluyendo Colombia (1,10–14). Esta escala está basada en la idea que hay diferentes niveles de seguridad alimentaria y una secuencia ordenada de condiciones y comportamientos, esta última característica resulta en patrones de respuesta donde los hogares que responden afirmativamente a una pregunta particular tienden a responder afirmativamente a todas aquellas preguntas que dan una calificación en la escala, la suma de estas respuestas afirmativas permite la caracterización de la IA clasificándola en: no IA, IA con hambre, IA con hambre moderada e IA con hambre severa. De acuerdo al grado de IA en el hogar, se podrá observar cuán afectado está la adquisición de alimentos por falta de recursos y cómo esto genera modificaciones en el tipo, cantidad y calidad de la dieta que en el estadío más severo no solamente afectará a los adultos sino también a los niños (9). El uso de esta escala permite hacer un diagnóstico de la situación de seguridad alimentaria familiar e identificar las familias a riesgo de IA (15).Es de entender que al haber dificultad para adquirir alimentos, las posibilidades de presentar problemas de malnutrición en los individuos se incrementen, debido a que no se estarán cubriendo adecuadamente los requerimientos nutricionales, pues al no contar con suficientes recursos económicos (lo que hace parte del acceso a los alimentos) va a tender a que en el hogar se disminuya o excluya la compra de alimentos de alto valor nutritivo, necesarios para el adecuado crecimiento y desarrollo en los niños y el mantenimiento de las condiciones nutricionales en los adultos, alimentos que usualmente suelen ser los más costosos del mercado. Esta relación entre malnutrición e IA se ha evidenciado a través de diferentes estudios en los que a través de la medición antropométrica se ha observado desnutrición en presencia de IA tanto en adultos (10), como en niños (10,16–18), así mismo se ha encontrado asociación con el sobrepeso como lo reporta un estudio en Brasil y la ENSIN(4,19), probablemente relacionado con la transición nutricional.Dado que también estudios han encontrado asociación entre la IA y la inadecuada ingesta de nutrientes (20,21), otro aspecto que se ha tratado de investigar es si existe asociación entre la IA y la deficiencia de biomarcadores nutricionales, sin embargo los resultados no han sido muy concluyentes puesto que unos pocos estudios muestran asociación entre IA y anemia (16,22,23), pero otros no la encontraron aun cuando también se incluyó el análisis de otros micronutrientes (15,24–26)