INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA EN EL APRENDIZAJE DE HABILIDADES COMUNICATIVAS DEL INTENSIVISTA DURANTE LOS TURNOS NOCTURNOS

El profesionalismo del intensivista es una de sus mejores cualidades para, mediante un adecuado trabajo en equipo, liderar las unidades de cuidado intensivo, permitiendo el manejo integro hacia los pacientes y los familiares y, de esta forma asegurar su pronta recuperación, con la menor morbimortalidad posible. El profesionalismo del intensivista se compone por las competencias de comunicación, conocimiento, habilidades técnicas, razonamiento clínico, ética y la práctica reflexiva y autorregulada(Barrett & Bion, 2006; Epstein & Hundert, 2002; Mueller, 2015). La habilidad comunicativa es una de las más importantes, es el engranaje para el funcionamiento del profesionalismo, para lograr un balance entre los conocimientos, ética y habilidades del intensivista, con la interacción hacia el paciente, familiares y equipo de la UCI. Realizada de manera óptima, mejora la experiencia del paciente en UCI, la satisfacción del paciente y familiares y el trabajo en equipo (Hickson et al., 2002; Lingard, Espin, Evans, & Hawryluck, 2004; Pichert et al., 1998; Sullivan, Ellison, Quaintance, Arnold, & Godrey, 2009).Las competencias del intensivista estructuradas en el currículo para los cuatro años de residencia deben organizarse de forma longitudinal dentro de un marco de tiempo muy estrecho, dado las restricciones en los horarios asistenciales de los residentes desde el 2018 (Colombia, 2018; Osborne & Parshuram, 2015). En el caso de las competencias del profesionalismo y especialmente de la comunicación, se ha dado una enseñanza informal. Por otra parte, requiere un aprendizaje más personalizado y explícito dentro del currículo, donde se permita un dialogo con el residente a partir de modelos a seguir y de la auto-reflexión (Saucier, Paré, Côté, & Baillargeon, 2012; Sultan et al., 2019; Turner et al., 2015). Debemos buscar espacios que permitan una relación más cercana con el especialista, con menor carga administrativa y en lo posible que permita desarrollar una mayor responsabilidad por parte del residente. Un escenario propicio que cumple estas condiciones son los turnos nocturnos, aqui encontramos una relación residente: especialista de 1:1, no hay clases magistrales ni otras actividades académicas o asistenciales que requieran que el residente se retire de la unidad y adicionalmente tiene una mayor responsabilidad con sus pacientes y el equipo de trabajo (Akl et al., 2006; Coomber et al., 2014; Hanson, Pierce, & Dhaliwal, 2014). Los residentes pueden aprovechar este escenario y aprender la habilidad comunicativa de manera directa y mediante la acción reflexiva para integrarlo en su quehacer diario y ser mejor intensivista.