Educación ambiental y ética del cuidado: Hacia una relación más profunda con el mundo natural

La educación ambiental es un tema prioritario en la agenda mundial, estrechamente vinculado con la promoción de estilos de vida sostenibles y el desarrollo de una “ciudadanía global”. Aunque su evolución conceptual y práctica no es reciente, esta disciplina aún enfrenta desafíos significativos para influir de manera efectiva en los comportamientos humanos y transformar las formas en que las personas interactúan, consumen y producen en relación con el entorno natural.
Las investigaciones recientes sobre educación ambiental destacan dos aspectos clave para la presente propuesta. En primer lugar, la crisis ambiental actual, sin precedentes a escala global, exige una respuesta educativa más eficaz. Si bien los esfuerzos realizados han producido algunos avances, estos parecen insuficientes para generar conexiones significativas entre los aprendices y el mundo natural (Pénzesné Kónya & Haigh, 2021). En segundo lugar, uno de los principales desafíos que enfrenta la educación ambiental es la resistencia al discurso científico, el cual ha documentado de manera reiterada las alteraciones biofísicas provocadas por las actividades humanas y su impacto negativo en el ambiente (UNESCO, 2013). No obstante, una parte considerable de la población ha mostrado una baja receptividad a estos hallazgos. El análisis de esta resistencia ha sido asociado con el fenómeno de la “negación ambiental”, es decir, la minimización o negación del impacto antropogénico en el entorno natural (Grušovnik & Arzenšek, 2014). Ante este panorama, han surgido nuevas propuestas educativas que buscan trascender el enfoque teórico tradicional sobre la importancia del cuidado ambiental, promoviendo en su lugar una relación más afectiva y experiencial entre los estudiantes y la naturaleza.
En esta presentación se argumentará que, más allá de la transmisión de datos científicos y soluciones técnicas, es imprescindible un cambio de actitud que permita resignificar nuestra relación con la naturaleza como un hogar común. Este cambio de actitud está intrínsecamente ligado a la ética (Junges, 2016). En particular, resulta pertinente explorar la ética del cuidado (Noddings, 2010) como una orientación moral capaz de articular la educación ambiental con valores como el amor y el respeto hacia el mundo natural.